En el ámbito del management, la asertividad suele interpretarse, imho, de manera simplista, como la capacidad de decir "no". Pero ser asertivo implica mucho más que simplemente oponerse o negarse. La asertividad es emitir una opinión con argumentos sólidos y bien fundamentados, es decir, requiere un conocimiento profundo del tema. Sin conocer los objetivos de la empresa, la estrategia, el producto, tu área, y sin ser competente técnicamente —seguramente en más de un área—, la asertividad o el "decir que no" no pasan de ser un acto de intuición y cabezonería.
Muchas veces, la falta de asertividad no se debe a una falta de confianza, sino a una falta de conocimiento en la materia en cuestión. De hecho, muchas veces percibimos en otros una falta de asertividad o convicción, cuando en realidad lo que hay detrás es lo que decía, una falta de conocimiento del tema que se está tratando. Y si somos capaces de ver eso en nosotros mismos, es un regalo porque nos señala con claridad dónde podemos crecer, qué necesitamos estudiar o trabajar para poder ser verdaderamente competentes... y entonces sí, tener argumentos para hablar con convicción.
Cuando tenemos conocimiento pero no asertividad no se nos percibe como líderes, amén de que es muy complicado hacer nuestro trabajo bien, pero es que si lo que tenemos es falta de conocimiento y mucha asertividad seremos percibidos como incompetentes, cabezones, obstinados, etc. Piensa que si eres la típica veleta, que cambia de opinión en función de quién emite el mensaje, que dice que sí por contentar, por evitar el conflicto, lo que estás demostrando en el mejor caso es que no sabes qué es lo correcto (conocimiento y competencia) y en el peor falta de ownership, accountability y backbone (agallas para defender tus ideas). Habilidades que por otra parte son obligatorias para cualquier líder, de hecho para mí son tan críticas que les dedico varias horas en el taller de Tech Lead.
Vamos que la asertividad sin un conocimiento profundo es, en realidad, terquedad disfrazada de seguridad. Porque para ser asertivo de verdad, hay que tener la capacidad de argumentar y sostener tus opiniones con bases sólidas.
Y ya imagino que alguien estará pensando que para ser asertivo también influyen muchos factores culturales dentro de la empresa y muchos factores dentro de la propia persona. Y efectivamente es así. Os dejo dos artículos que abordan los dos temas:
Muy de acuerdo, muy buena reflexión. Sin conocimiento, lo que parece firmeza es solo rigidez. Y eso lejos de sumar, suele restar. La verdadera asertividad se construye desde la claridad, no desde la ocurrencia.
Me ha gustado tu reflexión sobre este tema y estoy muy de acuerdo, Félix.
Nunca fuí asertivo hasta hace unos años, cuándo un compañero me dijo las frustraciones que sufría por no serlo. Desde entonces he trabajado mucho en este tema pero ni de lejos me considero una persona extremadamente asertiva. Quizás esté en mis raices de humildad o simplemente el estar abierto a conocer otros puntos de vista y aceptar que pueden ser tan válidos, como el mío. Para mi pocas cosas son binarias en esta vida.
Dicho esto, como bien has dicho, si no demuestras esa assertividad y seguridad, no serás percibido como un líder. De hecho, para escalar posiciones, diría que ser asertivo pesa más que tener conocimientos. Y es un tema interesante, porque nos encontramos a diario con muchas personas que le falta conocimiento y le sobra seguridad en si mismas. Y tener que aguntar sus opiniones fuertes como si fueran la verdad absoluta no es fácil.
Tu frase lo resume bien: la asertividad sin un conocimiento profundo es, en realidad, terquedad disfrazada de seguridad